El Lab de Interconectividades comenzó como un colectivo artístico hackfeminista que accionaba de manera transfronteriza entre México y Argentina a partir de enero del 2014, integrado por Lili_Anaz y Nadège.
Nos encontraron las grietas, las preguntas, la curiosidad y las ganas por hackear paisajes para sostenernos. Después de meses de desvelos sin fin, chats encriptados, páginas efímeras, poesía hipertextual, investigaciones generativas, pads catárticos, fotos, videos, textos, audios y pantallas, decidimos un lugar común para resonar.
Su primera casa virtual fue ésta.
Desde principios de 2017, el Laboratorio de Interconectividades entró en una fase de transmutaciones profundas, y con ellas, de mu(danzas) algorítmicas. Decidimos continuar nuestros caminos de manera independiente pero interrelacionada: Nadège en Kéfir y Lili_Anaz al frente del Lab.
La relación entre Lab y Kéfir existe como un rizoma de proyectos que fueron creciendo y alimentándose entre sí: trabajamos apuestas políticas para imaginar y posibilitar infraestructuras feministas, vecindades digitales [1], y redes autónomas que construyen, cuidan y defienden Internet como un espacio seguro para todxs.
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Fotografía 1: Liliana Zaragoza Cano.
Fotografía 3: Héctor Robledo. Primer taller del Laboratorio de Interconectividades en el espacio de Cuerpos Parlantes, Guadalajara, México, 2014.
[1] El concepto “vecindades digitales” fue creado por Liliana Zaragoza Cano alrededor de servidores autónomos, espacios seguros, tecnologías libres y las interconexiones posibles entre sus habitantes.